20/11/07

Ramanujan, El Mozart De Las Matemáticas

Madras, La India mayo de 1913. Una madre sueña que ha visto a su hijo, en una gran sala, rodeado de un grupo de europeos y la diosa Namagiri le ordena que no se interponga en el camino de su hijo y que colabore con el objeto de su vida.
Es la madre de Srinivasa Ramanujan, quizás el prodigio matemático más misterioso de todos los tiempos.
Godfrey Harold Hardy, catedrático del Trinity College de Cambridge, recibe una carta el 16 de enero de 1913 donde un contable hindú de 23 años de edad le solicita revisar su trabajo en matemática. El trabajo de Ramanujan consiste de unos 120 teoremas y fórmulas de los cuales Hardy comenta más tarde: “Deben ser ciertas, porque si no lo fueran, nadie hubiera tenido suficiente imaginación para inventarlas… El autor debe ser enteramente honesto, ya que tan increíble destreza es más frecuente en los matemáticos eminentes que en los ladrones y embaucadores.”
Hardy logra traer al matemático autodidacta a Cambridge, consiguiéndole una beca y el permiso de su madre. A partir de este momento comienza una fructífera amistad y colaboración que sólo culmina con la prematura muerte de Ramanujan.
El joven Ramanujan era miembro de una familia brahmán, de condición extremadamente humilde. Desde niño se destacó por sus habilidades en matemática aunque nunca siguió estudios universitarios formales. Cuando tenía 15 años un amigo le prestó un libro de matemática de cierto nivel que despertó su genio. Este fue el único libro de matemáticas superiores al que tuvo acceso. Luego de fracasar en los exámenes de admisión para entrar en la universidad, buscó empleo como contable. Por esa época conoce a un aficionado a la matemática que lo recomienda a otros profesores en la India que reconocen su talento y lo motivan a escribirle a Hardy.
En tan sólo cinco años en Cambridge estableció más de tres mil teoremas profundamente originales.
Alguien hizo una observación que da la medida de la pasión y la capacidad de este hombre:
"… Me asombra su talento, su entendimiento me sobrepasa. Admiraríamos a un matemático cuya producción fuera la mitad de lo que Ramanujan descubrió en el último año de su vida, mientras moría."
En 1920, con apenas 33 años murió Ramanujan, el hombre que afirmó: “Una ecuación no me dice nada a menos que exprese un pensamiento de Dios”

No hay comentarios: